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martes, 9 de abril de 2013

Necrofilia



La necrofilia, de unas palabras griegas que significan atracción por la muerte (o por los muertos) es una perversión sexual consistente en hallar el máximo placer, cuando no el placer exclusivo, haciendo los tocamientos y fogosidades con personal ya fallecido. La definición estricta sería que necrofilia es la excitación sexual provocada por la contemplación, el contacto, la mutilación o la evocación mental de un cadáver.


La necrofilia propiamente dicha es la que aparece realizando la conjunción cadavérica por las vías naturales, y también analmente, con cadáveres previos y apetecibles (para el necrófilo). Puede ser ocasional, cuando alguien muy desesperado coincide con un cadáver que le atrae y hace lo que puede con él. Es sádica cuando la previa es matar al oponente, para copular post-mortem con su cuerpo.
Los casos de necrofilia, ampliamente descritos por los expertos en medicina legal, incluyen copulaciones con cadáveres de niños de pocos meses, hasta ancianos o ancianas de más de setenta años de edad. El trágico "violador de Lesseps" en Barcelona (1999) violentó, mató y copuló con varias ancianas de más de 85 años. La última de ellas a los dos días de salir de la cárcel por buena conducta, tras haber pasado unos doce años en ella por travesuras idénticas.
Existe una "necrofilia de guerra" entre los pueblos primitivos. La violación de las mujeres muertas, o de hombres, sería una actividad trivial entre ciertas tribus nómadas del norte de África en tiempos antiguos. Claro que, más recientemente, se han visto cosas muy similares en las guerras de los Balcanes europeos, y, probablemente, en cualquier guerra. Entre los Kimbamba de África está permitido que el novio, si se le muere la novia durante la boda, copule con el cadáver para celebrar como Dios manda la fiesta nupcial; las canciones indígenas aluden alborozadas a gozosos embarazos después de la muerte.



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